En esta poblacion, dedicada mayormente a la carpintería y la agricultura, la celebración se lleva a cabo el 1º de noviembre, cuando se recuerda especialmente a aquellos fallecidos durante el año.
Los deudos montan un altar monumental en su casa y los familiares o amistades cercanas acuden con caballitos de madera adornados con flores, frutas y otros alimentos para honrar al difunto, entonces los anfitriones los invitan a degustar tamales y atole en principio, para luego invitarlos a convivir en una fiesta amenizada por músicos o bandas locales donde además se puede disfrutar de mezcal, tequila y cerveza mientras se baila con la familia del difunto.